Ayudar a las personas que más lo necesitan es una de las formas de solidaridad que tenemos al alcance de la mano. Y si esa ayuda es desinteresada y se pone en marcha de manera altruista, su valor es el doble que el de otros gestos.
Pero ojo, no es solo una cuestión de dar lo que ya no necesitamos o de repartir entre los más vulnerables aquello que nos sobra. La ayuda desinteresada consiste en otra cosa: es compartir aquello que tenemos con otros a quienes les hace falta y, gracias a ello, contribuir a su bienestar y su calidad de vida. ¿Lo has puesto en práctica alguna vez?
Ayudar a las personas: fórmulas cotidianas y gratificantes
Cuando hablamos de ayudar a las personas, una de las alternativas más recurrentes es vincularnos a un proyecto de voluntariado, bien sea en nuestro país o en latitudes, culturas, territorios o continentes lejanos.
¿Te gusta la idea?
No obstante, no es necesario tomar la mochila y coger un vuelo hacia el otro lado del mundo para poner nuestro granito de arena. También puedes hacerlo a través de actos cotidianos y sencillos pero con un inmenso valor humano. Mira los que te proponemos a continuación y dinos si ya practicas alguno:
- Donar artículos de primera necesidad, medicamentos, alimentos o incluso sumas de dinero que financien proyectos de asistencia a poblaciones en riesgo de vulnerabilidad. Hay muchas organizaciones en activo que necesitan recursos materiales para cubrir sus actividades.
- Retribuir a quienes han hecho algo por ti en algún momento de tu vida, más allá de cuándo o de cómo lo han hecho. Por ejemplo, si alguna vez estuviste entre los beneficiarios de una fundación o de un proyecto en concreto, ¿por qué no implicarse ahora como voluntario para ayudar a otras personas?
- Alentar a quienes soliciten tu ayuda a buscar una vida digna. Un consejo, una recomendación o incluso una palabra pueden ser elementos que sirvan como guía a personas en situación vulnerable. Recuerda que tus conocimientos también son una fuente incalculable de solidaridad.
- Implicarse de lleno en proyectos de tu comunidad o en iniciativas que vayan orientadas a la construcción de un mundo más justo y solidario. ¿Quién mejor que tú mismo para saber lo que necesitan las personas que comparten tus mismos espacios de convivencia?
Refugiados: ayudar a las personas más necesitadas
Un ejemplo de lo que decimos se aprecia actualmente en las familias que han decidido acoger voluntariamente en sus hogares a personas refugiadas, quienes huyen de sus lugares de origen por culpa de la guerra o de crisis humanitarias.
La guerra de Siria, en concreto, ha provocado que más de 5,5 millones de personas deban abandonar sus hogares y buscar lugares más seguros, casi siempre en los países vecinos como Jordania, Irak, Líbano o Turquía.
También en Europa se han registrado ejemplos de acogida de personas que en medio de este tipo de crisis lo han perdido todo, dejando toda una historia de vida en sus lugares de origen. Estos casos son un claro ejemplo de solidaridad, empatía, altruismo, humanismo y sensibilidad social de los que todos deberíamos tomar nota.
Además, ahora también puedes ayudar a los refugiados con un regalo de boda solidario el día de tu enlace matrimonial, un regalo muy diferente y gratificante a la vez.
Excellent post. I will be dealing with many of these issues
as well..
It is not my first time to pay a quick visit this web site, i am visiting this web page dailly and obtain good information from here every day.